La salud bucal de los niños también es muy importante. De hecho, se recomienda empezar desde los primeros días a limpiarles las encías con una gasa o un cepillo de dientes para bebés tras cada comida.
Posteriormente, con la salida de los dientes, será necesaria la limpieza con delicadeza y seguir revisando su cepillado para que aprendan correctamente hasta mínimo los 7 años, cuando puedan adquirir su propia rutina: cepillar el interior y exterior de los dientes, la superficie de mordida y la lengua, cepillando desde la encía hacia el diente.
A partir de 5 años pueden utilizar enjuague bucal sin alcohol ni colorantes, después del cepillado.
Alrededor de los 6 años, con la ayuda de un adulto, podrían comenzar a usar el hilo dental, para evitar el desarrollo de caries entre los dientes.
Por supuesto, las visitas periódicas al dentista son fundamentales para prevenir males mayores, ya que sus dientes influirán en la ingesta de alimentos, el proceso del habla, deglución, masticación, etc. Un cuidado inadecuado, puede producir una pérdida prematura y generar problemas complejos.